El corazón no obedece a la razón. Por más lágrimas que caigan, las mismas se secarán. Así que no te preocupes por la tormenta que atravesas, sólo espera a que el sol salga y te proporcione claridad. Pero antes te dará miedo cada amanecer, sabiendo que podrías sufrir un poco más. Rogarás diciendo que es suficiente, intentando resistir a una crudeza de la vida. Sentirás que te acecha la soledad, sentirás en carne viva la desesperanza. Querrás saber que vendrá. Si un nuevo comienzo se acercará o si así siempre seguirá. Querrás saber si es eterno, si habrá una cura para las heridas que día a día soporta tu corazón. Pero ninguna de esas preguntas se responderán de inmediato, las respuestas llegarán con el tiempo. Dudarás en seguir luchando, pensarás en la rendición. Sentirás que cada latido duele más que el anterior. Pero nada importará, pelearás porque no estás sola y hay esperanza en ti.